3.27.2012

Filosofía para todos los días

Esté artículo se publicó en el diario Presencia del Sureste, en el Suplemento Cultural, el Tlacuilo

Hace 25 días entré a un quirófano de emergencia.
 Los médicos imaginaron que se me había reventado el apéndice, porque en el ultrasonido tenía líquido libre. Me abrieron desde el vientre hasta el comienzo del pecho, lo que se tradujo en 19 puntos.



En plena operación se dieron cuenta que mi apéndice estaba bien, que mi vesícula estaba bien y el motivo por el cual no reaccionaba al tratamiento de gastritis erosiva, era porque mi intestino se estaba comiendo así mismo. Esto se llama “invaginación intestinal”. Dos situaciones ajenas en el momento correcto.

(Este padecimiento) Es común en bebés de 0 a 2 años pero en adultos es el primer caso registrado en México en los últimos 30 años, y según datos del gastroenterólogo Israel Quinto Camacho, solo (se han registrado) 14 casos en el mundo en los últimos 15 años, imagínate las probabilidades.

Cuando te encuentras, en situaciones donde la posibilidad de morir aumenta, es hora de tomar las cosas con filosofía. Filosofía para todos los días.
Nací en Morelia, Michoacán pero recuerdo poco de mi ciudad de origen, he tenido oportunidad de vivir en Querétaro y Guadalajara, lugares increíbles pero donde he cosechado mayores éxitos definitivamente es en Veracruz.
Aquí me casé, tejí  los mejores lazos de amistad y encontré un trabajo que me apasiona, soy Asociado Consultor de la firma López Gachuz Consulting Group.

Después de la experiencia,  un par de semanas en el hospital, ayuno de 8 días,  insomnio,  el dolor tan intenso, me llevó a pensar situaciones muy extremas y en alguna de las noches donde no dormí me preguntaba ¿Qué estoy pensando?, lo que me llevo a otra pregunta: ¿Yo pienso?
Después de la operación, encontré el ensayo del filósofo español, Ramón de la Borbolla, el título retador me respondería las preguntas anteriores: La rebeldía de pensar*.
El pensar no es para todos. Todos lo pueden ejercer, pero no todos piensan. ¿Por qué?, porque hay que aprender a pensar, ejercitar esta actividad del entendimiento; similar a aprender una disciplina como pintar, tocar el piano, tallar madera o reparar relojes.

Esto no es sencillo, requiere un nivel de esfuerzo, de disciplina física e intelectual en donde podemos incluir labores como: leer, investigar, invertir tiempo y dinero (principalmente para adquirir material), levantarse temprano, desvelarse, debatir, aprender cosas nuevas, poner en duda nuestras certezas y sobre todo, sostener nuestra capacidad de resistencia a la desesperación.

¿Todo esto se requiere para aprender a pensar? Sí y más. Acumular ideas no es un pensamiento. Deducir no es pensar. Juzgar por gusto no es pensar. Creer no es pensar. Éste filósofo me enfrento(ó) a mí mismo y a cada uno de mis paradigmas.
La rebeldía de pensar, invita a individualizarnos, a preguntarnos por qué y para qué, a elegir y a vivir, siendo inquisitivo y humilde a la vez. El pensar no necesariamente está involucrado con el éxito, Ramón de la Borbolla nos dice:
hay sujetos lerdos, auténticos campeones en imbecilidad, que amasan fortunas inconmensurables, que se encumbran hasta la cima en el escalafón del poder, o que gozan de enorme popularidad y que nunca han pensado.”
Entonces, si la fortuna no está involucrada con el éxito, te puedes llegar a preguntar:
…¿qué sentido tiene aprender a pensar? Ésta es, precisamente, la pregunta que hacen los que no piensan, lo(s) que forman parte de la masa de seres humanos que se mueven por inercia y que, más que moverse, corren agitados tras el éxito, convencidos de que el éxito, y lo que conduzca a él, es lo único que vale la pena.

Por todo lo anterior te comparto 3 lecciones para que las consideres como filosofía para todos los días:
  • 1.       Vive, existir no basta
  • 2.       Piensa, deducir no basta
  • 3.       Ama, sentir no basta

Asociado Consultor López Gachuz.

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